E. y su pequeño museo

"DIARIO"

Llevando a cabo una labor que oscila entre museógrafo, voyeur y etnógrafo, Enrique La Cruz explora la vida de cuatro amigos íntimos como quien se explora a sí mismo. Diario es una propuesta artística de investigación afectiva desarrollada a lo largo de tres años, en los que el artista ha indagado en las vidas de Julián, Katherinne, Alessandra y Raquel, para retratarlas.

Apelando a la estética del archivo, La Cruz hace del documento su signo, empero expandiendo sus formas y sentidos, para narrar, a través de las historias biográficas, las maneras en que se tiende una red afectiva. Excavando entre pertenencias (registros, fotos, documentos), inventariando los recuerdos (cartas, dibujos, diarios), catalogando el objeto emocionalmente investido (prendas, vestigios), configura vitrinas literales y metafóricas que testimonian una historia –compartida- de gustos, de estilos, de emociones y de pensamientos.

Diario es una exhibición de evidencias de vida y afecto –con el rango de confesiones incluso- que compone un particular retrato doble. Por una parte siguiendo y expandiendo la tradición del género, el de los amigos y, por otra, el del vínculo que los une y en el que el mismo artista se ve retratado. Así, La Cruz construye espacios de representación emocional a través de una presentación biográfica, mediante la que edifica –oblicuamente- su propio confesionario.

Entretejiendo testimonios de los observados y del artista-observador (en las vitrinas, en los cuadros), La Cruz explota la cultura de la confesión y de la revelación, aquí indiferenciadas. Esta cartografía de lo que el denomina geografía pasional, es un intento de transponer lo público y lo privado, de elevar la cotidianidad al rango, antes que de espectáculo –cual Reality Show-, de objeto de contemplación, sublimándola como quien la preserva.

Enrique La Cruz compromete nuestra identificación a la par que incita nuestra curiosidad. De tal manera, nos interpela confiándonos una cotidianidad emocionalmente impregnada, indicio de lo que ha sido, de lo que es y de lo que somos, finalmente. Llevando su estética contemporánea a un emprendimiento reflexivo actual, Diario nos ofrece, a través del nexo mismo que establece con nosotros, lo personal como un mundo que sólo existe en la relación: el universo en la intersubjetividad.

Max Hernández Calvo

Octubre 2003